El transformador, desde el punto de vista eléctrico, es un dispositivo que se utiliza como parte del sistema de transmisión desde los puntos de generación hasta los lugares de consumo. En una empresa, es la máquina eléctrica que se ubica al inicio del sistema eléctrico interno y que permite adaptar la energía a las necesidades de consumo del negocio, sea este una industria, un centro de oficinas, un condominio, un restaurante, un centro comercial, una planta de generación privada, entre otros.
Toda empresa de mediano a gran tamaño requiere de un transformador que le suministre la energía eléctrica que requiere para llevar a cabo su proceso productivo. Consiste en un grupo de bobinas o devanados de cobre de cobre o de aluminio envueltos en papel especial, que se denominan primarios y secundarios, junto con otros mecanismos internos, que generalmente están sumergidos en un líquido aislante dentro de una cuba metálica y su tamaño depende de las necesidades del proceso que alimentan.
Dado que el funcionamiento de los transformadores es silencioso y no se aprecia desde el exterior, generalmente pasan desapercibidos por las personas que necesitan de su buen desempaño. Sin embargo, cuando estos dejan de funcionar se producen serios efectos en el entorno de la compañía, tanto por la detención del proceso productivo, como por la sensación de impotencia para restablecer el servicio rápidamente, porque se depende de reparaciones costosas y que requieren de tiempo para ejecutarlas, empezando porque según el tamaño del equipo no se puede conseguir un sustituto hasta que se logre solicitar en las fábricas en el extranjero, con períodos de entrega de meses en algunos casos.
Debido a la importancia que tiene los transformadores en el proceso productivo, a las dificultades para el restablecimiento del servicio y los costos en los que se incurren abruptamente para logra la normalización del sistema eléctrico que alimentan, es que internacionalmente se han realizado análisis de fallas de estos equipos prácticamente desde sus inicios, allá por los años 1886. De las experiencias con fallas y el seguimiento a través de los años del comportamiento de este tipo de máquinas, se han establecido una serie de normas internacionales para el mantenimiento de ellos.
Estas normas establecen procedimiento y pruebas que pretenden dar seguimiento a su desempeño durante los años de funcionamiento, con el objetivo de comparar los resultados de las intervenciones, que se recomiendan sean anualmente, a lo largo de la vida útil de manera que se puedan detectar y corregir fallas incipientes mucho antes de que se manifiesten en una salida de servicio inesperada.
Pruebas mantenimiento eléctrico a un transformador
Objetivo principal:
Los transformadores requieren de pruebas técnicas de mantenimiento como parte de su operación normal, para determinar la condición de su parte activa interna y poder detectar condiciones anómalas incipientes de manera que se puedan corregir de forma preventiva, sin paradas inoportunas y antes de un daño grave en el equipo.
Objetivo secundario
Según estándares internacionales se recomienda efectuar un protocolo de pruebas completas de mantenimiento que incluya ensayos eléctricos y análisis del líquido aislante cada doce meses, con el propósito de realizar comparaciones de los resultados de las diferentes oportunidades y poder establecer tendencias de comportamiento y así contar con herramientas que permitan detectar cualquier daño incipiente con suficiente antelación y dar seguimiento al proceso de deterioro.